Resulta preciso insistir en la importancia de la educación en hábitos saludables, ya que de la manera en que niños, niñas y jóvenes vivan las actividades físicas y deportivas dependerá que las integren en sus vidas, manteniéndose físicamente activos.
Las facilidades que aporta el desarrollo tecnológico en la época actual incitan a las prácticas sedentarias. Las ofertas de ocio siguen también esta tendencia, convirtiendo a los jóvenes en grandes consumidores de actividades pasivas a través de los ordenadores, los videojuegos, etc. Los inconvenientes del sedentarismo son de sobra conocidos. La falta de ejercicio puede perjudicar a los sistemas cardiovascular, metabólico y hormonal, así como al aparato locomotor. De todo ello se desprende la necesidad de ofertar actividades físicas atractivas y capaces de fascinar, variadas para tener donde escoger y claramente saludables. Se pone también de manifiesto la importancia de la intensidad de las actividades a realizar, que debe ser suficiente para obtener los efectos fisiológicos deseados.
PROGRAMA VI: HÁBITOS SALUDABLES
Es importante que los jóvenes deportistas vayan siendo progresivamente introducidos en hábitos de práctica segura y saludable, hasta adquirir una cierta autonomía. El calentamiento al inicio de la práctica o los estiramientos al finalizar, el control en la intensidad del ejercicio o las posturas no agresivas serán aspectos a tener presentes.
Además, los hábitos de práctica física saludable presentan importantes conexiones con los hábitos alimentarios, que también deberán ser cuidados en los contextos de actividad física y deportiva. Tomar conciencia de conceptos como la ingesta y el gasto calórico y sus relaciones constituirá un buen punto de partida.